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Los Enemigos de Nuestros Cultivos

Publicado el 23/04/2014 por info@agrobeta.com

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En los cultivos los daños se pueden producir por organismos vivos (insectos, ácaros, aves, etc.) o por factores externos, meteorológicos o culturales (mal manejo del cultivo, del agua de riego, del suelo, etc.)

Los agentes externos que producen los agentes externos se pueden clasificar en dos grupos, según sean de origen parasitario o no parasitario:

  • Daños parasitarios: aquellos que han sido provocados por la acción de un organismo vivo que puede ser animal, vegetal, hongo, bacteria o virus, que vive a expensas de la planta parasitada o planta huésped.
  • Daños no parasitarios: los debidos a causas fisiológicas o producidas por accidentes meteorológicos (heladas, granizos), por el exceso o carencia de algún nutriente, o simplemente por un mal manejo de las prácticas culturales.

Se considera enfermedad cuando los daños ocasionados provocan alteraciones en la morfología o fisiología del organismo vegetal. Por otro lado, se habla de plaga cuando una agrupación de animales de una misma especie que se alimentan de plantas (fitófagos) de cualquier tipo o clase, devora un cultivo produciendo pérdidas económicas por encima de un determinado nivel.

Otro tipo de agente externo al cultivo son las malas hierbas, estas no causan daños pero compiten por los mismo recursos, pudiendo ocasionar pérdidas en la producción ya que al crecer entre ellas compiten por las sustancias nutritivas, la luz y el agua, además de que pueden hospedar agentes causantes de plagas y/o enfermedades.

Los agentes causantes de los daños parasitarios pueden clasificarse en:

Parásitos animales

–          Insectos.

Son animales invertebrados, sin esqueleto interno ni columna vertebral, pertenecientes al grupo de los artrópodos (patas articuladas). Tienen un esqueleto externo formado por una sustancia llamada quitina, que a su vez constituye una envoltura protectora denominada cutícula que le da consistencia al cuerpo. Dicha sustancia es impermeable al agua, pero no a las materias grasas. Los productos fitosanitarios que actúan por contacto en el insecto tienen que tener un gran poder de penetración para atravesar esta cutícula.

–          Ácaros.

Son artrópodos que pertenecen a la clase de los arácnidos. Se diferencian claramente de los insectos por tener el cuerpo en 2 partes, carecen de alas, tienen apéndices articulados pero no antenas y presentan un número de patas variable (las larvas solo tienen tres pares mientras que las ninfas y los adultos tienen cuatro). Como los insectos, poseen un esqueleto externo formado por quitina y respiran por medio de tráqueas.

–          Nematodos.

Son organismos vivos muy pequeños, no observables a simple vista, de cuerpo más o menos transparente. Generalmente los machos son alargados y se mueven libremente gracias a cuatro músculos dispuestos longitudinalmente, con los que se desplazan. Por el contrario, las hembras suelen ser sedentarias y de forma redondeada. La boca está constituida por un estilete accionado por músculos que le sirven para perforar las células de los vegetales y alimentarse.

–          Moluscos, miriápodos, aves y mamíferos

Pueden ser consideradas como plagas puntuales, aunque pueden ocasionar graves daños en los cultivos. Entre los moluscos destacan los caracoles y babosas, que muerden las hojas y los tallos jóvenes. Entre los miriápodos se encuentran los ciempiés y milpiés, estos se alimentan de raíces y tubérculos. Otras especies viven agrupadas y se alimentan de las partes aéreas de los vegetales.

Hongos

Los hongos patógenos constituyen un grupo de organismos microscópicos que tienen un cuerpo vegetativo (micelio), formado por un conjunto de filamentos ramificados (hifas). No realizan la fotosíntesis, por lo que necesitan obtener los nutrientes de las plantas que parasitan para así poder alimentarse y completar su ciclo, es decir, son parásitos obligados. Para que aparezca la enfermedad es imprescindible la presencia simultánea de la planta huésped, del hongo patógeno y de unas condiciones ambientales adecuadas para el desarrollo de este

Bacterias

Son microorganismos unicelulares que proliferan en todo tipo de materia orgánica en descomposición. Carecen de clorofila, y como los hongos, necesitan tomar las sustancias elaboradas de las plantas a las que parasitan, por lo que también son parásitos obligados. Además las bacterias no son capaces de perforar la epidermis, por lo que necesitan una vía de entrada para penetrar en los tejidos vegetales (herida o abertura natural), de forma que solo causan daños en las plantas cuando encuentran este tipo de vías para poder introducirse.

Virus

Son agentes infecciosos microscópicos y de estructura muy sencilla, formados por una molécula de material genético rodeada por una cápsula de proteína, diferente para cada especie. Al igual que los hongos y bacterias, son parásitos obligados que necesitan vivir en el interior de las plantas que parasitan para poder multiplicarse, para lo cual modifican la producción normal de proteínas en la planta y las sustituyen por las que los virus necesitan. Esto imposibilita la utilización de tratamientos químicos contra los virus, pues también quedarían afectadas las células de la planta infectada.

Plantas Parásitas o Fanerógamas

Algunas plantas fanerógamas carecen de clorofila y no pueden realizar la fotosíntesis. Por ello, precisan parasitar a otros vegetales verdes para asimilar el carbono que necesitan para vivir.

El sistema parasitario es muy variado. En algunos casos, se realiza por la parte aérea del cultivo, como en el caso de la cuscuta, en otras se fija por las raíces, como ocurre con el jopo del haga y del girasol. Hay plantas como el muérdago, que atacan a especies leñosas.

Agentes causantes de daños de origen no parasitario:

A estos daños se les denominan enfermedades fisiológicas o fisiopatías.

Los síntomas que pueden aparecer son diferentes dependiendo del  tipo de cultivo y de la alteración provocada, aunque en general se deben a los siguientes aspectos:

–          Falta o exceso de luz

–          Acción de temperaturas extremas: calor o heladas

–          Agentes meteorológicos adversos: viento, lluvia o granizo

–          Alteraciones debidas a causas mecánicas: heridas o roturas

–          Falta o exceso de agua

–          Mala estructura del suelo

–          Acidez o alcalinidad del terreno

–          Desequilibrios nutricionales

–          Fitotoxicidad por tratamientos fitosanitarios

Malas Hierbas:

Las malas hierbas que aparecen entre las plantas cultivadas pueden clasificarse atendiendo a diferentes criterios:

–          Según su comportamiento ante los herbicidas pueden ser de hoja estrecha o de hoja ancha.

–          Según su ciclo de vida pueden ser anuales, bianuales o perennes.

–          Según su biología y forma de reproducirse pueden ser las que se reproducen por semillas, las perennes que se reproducen por semillas y por brotación de yemas y las perennes que se reproducen solo mediante órganos vegetativos.

 

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montaje grada

Fuente:

– Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural. Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera. 2013.

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