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Publicado el 11/07/2014 por info@agrobeta.com
Tuta absoluta (Meyrick) o polilla del tomate, es una plaga originaria de Sudamérica, endémica en la mayoría de sus zonas productoras de tomate, y es considerada el problema más importante del cultivo.
Esta polilla es un mocrolepidóptero cuyas larvas producen minas en hojas, aunque el daño más grave lo causa en frutos al alimentarse de su interior y depreciarlos comercialmente, llegando a ocasionar pérdidas de cosecha que pueden alcanzar entre el 60-90%. La planta huésped principal es el tomate, aunque este insecto también puede llegar a atacar a la patata, a la berenjena, al pepino y a otras solanáceas. Produce pérdidas por la reducción de los rendimientos de las cosechas, debido a la destrucción de las hojas y brotes, además del daño en los frutos.
La Tuta absoluta tiene generaciones continuas durante todo el año, es decir es una especie multivoltina, que se alimenta de hojas y frutos, en los que cava galerías o minas causando daños severos.
El adulto es un micro lepidóptero de entre 6 y 7 mm de tamaño; su ciclo biológico presenta cuatro estadios de desarrollo: huevas, larva, pupa y adulto. La coloración general es gris claro, con algunas manchas grises oscuras en la mitad posterior del ala y en el resto del cuerpo. Cabeza relativamente pequeña, cubierta de escamas amplias, planas de color gris claro.
Las hembras fecundadas llegan a poner hasta 180-260 huevos a lo largo de varios días. El huevo es pequeño, su tamaño oscila entre 0.36 mm de largo y 0.22 mm de diámetro, tiene una forma ovalada, inicialmente es de color crema amarillento, luego se torna amarillo conforme se aproxima a la eclosión, cerca de esta adquiere una coloración oscura. Los huevos eclosionan 5 a 10 días después de la ovoposición. Son puestos en forma individual y pocas veces pueden encontrarse agrupados hasta un máximo de 5, preferiblemente en el haz de las hojas jóvenes o medianamente maduras. Una pequeña proporción lo hace directamente en tallos nuevos y en el cáliz de frutos jóvenes.
Estudios realizados indican que los frutos próximos a su maduración o a los que se les ha quitado el cáliz, no serían receptivos a la ovoposición, aunque en condiciones donde hay muchos adultos y no hay plantas disponibles, como en los almacenes donde se guarda el tomate recolectado, si realiza puesta en frutos sin peciolo.
Las larvas presentan una cabeza oscura con una mancha lateral que se extiende desde los ocelos hasta el margen posterior; carece de placa dorsal en el protórax, en su lugar tiene una banda oscura oblicua que no cubre a línea media dorsal. Además, presenta setas anteriores al espiráculo (pequeñas aberturas exteriores de las tráqueas) protoráxico separadas en un grupo de dos, mientras que la tercera está aislada junto al margen anterior del espiráculo y carece también de placa basal.
La larva penetra inmediatamente en la hoja y se alimenta del mesófilo (tejido que se encuentra entre las epidermis del haz y del envés de las hojas), crece en un período entre 13 y 23 días. La larva pasa por cuatro estadios, recién eclosionada es blanca cremosa, luego se torna de un color gris blanquecino y verde claro. En el cuarto y último estadio es verde claro, con tonalidades ligeramente rosadas en la región dorsal. La cabeza es de color café y con el escudo torácico visible. En su máximo desarrollo llega a medir de 8 a 10 mm. Se puede dispersar con gran rapidez a otras plantas, por medio de hilos de seda sobre los cuales se deja colgar y luego son transportados con la ayuda del viento.
La pre-pupa es el período en que la larva deja de alimentarse y se prepara para dirigirse al suelo, donde se introduce superficialmente, o a la parte aérea de la planta, donde alcanza el estado de pupa de un tamaño de 5 mm de longitud y 1mm de ancho.
La pupa pude formarse en la hoja o en el suelo, un lugar común en la hoja es el envés cerca de la nervadura central. Sin embargo, en ataques severos, se forma en cualquier parte de la hoja. La pupa hembra es de mayor tamaño que la del macho. Mide 4.27 mm de largo y 1.23 mm de ancho. El estado de pupa dura de 7 a 21 días; cuando recién muda, la pupa es de color verde, tornándose de marrón oscuro próximo a la emergencia del adulto.
Los adultos para ambos sexos presentan las alas anteriores básicamente cenicientas, con matices que varían de oscuro a gris. Las alas posteriores, color negruzco brillante con las cilias (apéndices con aspecto de pelo) oscuras; la cabeza, el tórax y los palpos de color gris ceniza con tintes oscuros. La longitud de las alas anteriores es de 4.5-4.7 mm. Son de hábitos nocturnos, permaneciendo durante el día escondidos entre las hojas.
El macho y la hembra se aparean inmediatamente, y a los 3 días la hembra comienza a poner los huevos.
Tiene un alto potencial reproductivo y su ciclo biológico puede durar entre 29 y 38 días, dependiendo de las condiciones ambientales. Tiene entre 7 y 12 generaciones al año. El desarrollo de la plaga en su proceso biológico, la condición climática que más influye es la temperatura ya que la polilla prospera mejor en los meses calurosos.
Los daños en las hojas son de tipo de los minadores, con la diferencia que se comen todo el mesófilo (en medio) de la hoja dejando solo la epidermis. Las minas no son recorridos como las de la mosca minadora de la hoja sino que son superficies más o menos amplias y donde a contraluz se puede observar la larva de la polilla.
Las larvas son fácilmente vistas a contraluz y son las que producen el daño directo, atraviesan la epidermis y llegan al mesófilo, donde cavan galerías en las hojas, disminuyendo la superficie foliar útil. Como resultado de esta acción, la planta altera el proceso de desarrollo presentando envejecimiento prematuro.
Los tomates pueden ser dañados desde el momento en que el fruto esté recién cuajado. Puede afectar cualquier punto del mismo, aunque se da una preferencia por la zona protegida del cáliz del tomate. Las galerías en el fruto son la fuente de entrada de otros hongos patógenos.
Cuando el nivel de Tuta en las plantaciones es bajo, solo suelen apreciarse galerías de hojas. Si la presión de adultos es muy elevada, se observan daños tanto de las hojas como en los frutos jóvenes y tallos, casi de forma simultánea, escapándose los frutos más próximos a la maduración. Con el tiempo, estos también se ven afectados por larvas de tercer y cuarto estadio que abandonan las galerías de las hojas y caen sobre los mismos.
Las larvas se desarrollan en el interior de galerías, que van realizando en las hojas, al alimentarse del mesófilo y dejar las epidermis intactas. Con frecuencia, las larvas salen al exterior de la hoja para iniciar nuevas galerías o desplazarse a otras hojas o frutos. Las larvas que penetran directamente en los frutos, de puestas realizadas sobre el cáliz, no parecen salir al exterior durante sus primeras etapas larvarias, lo que dificulta su control.
Una vez completadas las fases larvarias, la mayor parte de las orugas se dejan caer al suelo para crisalidar, mientras algunas lo hacen directamente sobre distintas partes de la planta, especialmente en el envés de las hojas y junto al cáliz del fruto. Las larvas que crisalidan sobre a planta se protegen con un pequeño capullo, en el caso de las que lo hacen en el suelo son más resistentes.
Fuente:
– Ing. César Ramos Méndez. Oficial Agrosanitario Oirsa México y Coordinador del Programa Fitosanitario de Apoyo a la Cadena Agroalimentaria de Hortalizas-Tomate.
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