Un abono para cada tipo de planta

Publicado el 26/07/2016 por info@agrobeta.com

Obtener una cosecha próspera dependerá en cierta medida de si se realiza el abonado correcto para cada tipo de hortalizas presentes en él. No obstante, a veces puede resultarnos complicado saber qué abono debemos utilizar y en qué cantidad hacerlo para cada planta.

Son tantos los factores que influyen en la nutrición de cada tipo de planta que es imposible mostrar una tabla fija de cantidad de abono a aplicar. Además, cada huerto tiene unas características propias, por lo que sólo a través de la experimentación se pueden ajustar las cantidades de abono necesarias. No obstante, existen algunas pautas que nos pueden guiar en cómo empezar a hacerlo.

Las hortalizas pueden diferenciarse en cuanto a sus exigencias de nutrientes. De tal modo, se pueden dividir en hortalizas exigentes, semi-exigente, poco exigentes y hortalizas enriquecedoras del suelo.

–Hortalizas exigentes: Son aquellas que necesitan una gran cantidad de nutrientes para su correcto desarrollo. Requieren un buen abonado antes de ser cultivadas y varios a lo largo de su crecimiento. Cuando termine el ciclo productivo, el suelo tenderá a empobrecer, así que será oportuno abonarlo bien y rotar el cultivo con hortalizas menos exigentes. Las hortalizas más exigentes en cuanto a nutrientes son las berenjenas, los tomates, el apio, el puerro, la calabaza, la remolacha, el maíz, el melón, la sandía, todos los tipos de coles, el girasol, la patata y la batata.

–Hortalizas poco exigentes: Como su propio nombre indica son aquellas que necesitan pocos nutrientes para su desarrollo, por lo que pueden cultivarse en suelos en los que previamente se hayan plantados plantas exigentes o semi-exigentes. Al final del ciclo productivo de éstas, el suelo sigue teniendo nutrientes. Algunos ejemplos son el canónigo, el ajo, la manzanilla, el calabacín o el hinojo.

–Hortalizas semi-exigentes: Estas realizan un consumo de nutrientes medio, por ello, requieren un buen abonado del suelo antes de ser plantadas, pero pueden desarrollarse sin la necesidad de más abonados durante su desarrollo. Por este motivo pueden mantenerse varios años en el mismo suelo. Son hortalizas semi-exigentes la lechuga, la espinaca, el nabo, la cebolla, la acelga, el pepino, la fresa, el perejil y la menta.

–Hortalizas enriquecedoras del suelo: Plantas como las leguminosas aportan al suelo nitrógeno, por lo que no son muy exigentes en nutrientes y, además, ayudan a reponer el suelo de nutrientes. Esto las hace ideales para ser cultivadas durante varios años en suelos donde se hayan cultivado hortalizas exigentes o semi. Algunas de éstas son los guisantes, las hagas, las judías y las lentejas.

En la entrada anterior dábamos algunas pautas para conocer el tipo de suelo de nuestro huerto. Esto nos será de gran ayuda para saber qué tipo de abono requiere cada suelo, ya que algunas características de éste pueden influir en el abonado y en la capacidad de las plantas para absorber determinados nutrientes.

En suelos arenosos los nutrientes son más fácilmente arrastrados por el agua que en otro tipo de suelos. Por esto, los suelos arenosos requieren más abonados. No obstante, no admiten grandes cantidades a la vez, así que es necesario aplicarlo frecuentemente, pero en pequeñas cantidades.

En suelos de PH alcalino la absorción de determinados nutrientes esenciales se dificulta, especialmente de hierro, cobre, zinc y magnesio. Además, pueden sufrir abundancia de otros como el calcio, potasio, magnesio y fósforo. Para que estas plantas puedan desarrollarse correctamente deberemos aplicar fertilizantes orgánicos ricos en los oligoelementos que escaseen.

El suelo arcilloso es rico en nutrientes, pero en ocasiones el nivel de compactación que los caracteriza provoca que los nutrientes no puedan ser accesibles para las plantas. Los abonos orgánicos ricos en materia orgánica como el compost o el humus, ayuda a aligerar el suelo y, por lo tanto, a facilitar la absorción de nutrientes. Estos suelos admiten grandes cantidades de abono en una única aplicación, por lo que se pueden realizar sólo uno o dos abonados al año.

Los suelos de pH ácido pueden generar problemas de absorción de determinados nutrientes como el calcio, el magnesio, el potasio y el boro. Además, las hortalizas pueden toparse con un exceso de hierro, magnesio, cobre y zinc. Para controlar este exceso de acidez, se puede aportar abonos orgánicos que suplementen las carencias del suelo y aumenten el pH.

En Agrobeta podrá encontrar todo tipo de abonos y fertilizantes orgánicos, diseñados para aportar a cada tipo de planta los nutrientes que necesita para su óptimo desarrollo.

Para conocer el tipo de abono y las cantidades que tus plantas necesitan, nada como observar el desarrollo de las mismas. De tal forma, se podrá saber cuándo requieren algún tipo de suplemento y cuando exigen ser abonadas por la falta de nutrientes del suelo.

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